lunes, enero 02, 2006

Lo que dije no lo digo por decirlo





Lo que no dije, no lo digo por decirlo

Es esas flores de retamas amarillas
como los soles apagados
Se me crece la ternura violenta
De los parpados
La llegada
Insoportable de la muerte
Para vivir
Y vivo
Con un ojo de ciclope
Que no puede cegar Ulises
--que Odisea espeluznante--
Porque tiene toda la luz
De la oscuridad
Donde descansa el aleph
Que me observa y se asusta
De mi aleph en carne y hueso
Se caga hasta las patas
De tanto amor y odio
Simultaneo
De la delgada linea roja de mierda
Que no me deja ser
Un fantasma
Sin sabanas
Ni nada
Pero todo y nada tanto todo

Ahora

Voy camino hacia el infierno
Y me nacen colmillos
De rosas sangrientas
La mariposa me rompe
Los dos ovalados
Silencios que me cuelgan
Ridículos
Como una noche con estrellas
Entonces se desata la tormenta
Sublimemente tenebrosa
Y este, mi rayo que no cesa
(con perdon lloroso señor Miguel Hernández)
crucifica legiones
de muertos resucitándose
hay una luz en la oscuridad
en esa oscuridad silenciosa
que me presta las palabras
con que escribo
la gran paridora de silencios
se abre como la rosa de los vientos
con los tres orificios
que le exijo
como soberbio emperador de la estupidez

Daniel Balanche
ecoestadistica.com