viernes, junio 30, 2006

La maraña que cubre mi techo


Hay ocasiones en que me obsesiono mirando los enlaces y nudos de la telaraña gigante sobre mi cabeza, hay cortes que fueron hechos de forma repentina, yacen hebras caídas, rasgadas, agonizantes... Otras anudadas, pero sin flujo vital, como si pretendiera ignorar que están rotasPuedo ver la trama que tejí, incluso puedo plasmar sus formas sobre la tela, dejar que el pincel cruce de un lado a otro humillando al blanco virginal cubriéndolo de rojo. Abriendo ojos y bocas sobre el lienzo, y ver como escapan de ellos fluidos ocres, verdes, marrones con pequeñas salpicaduras de sangre y lagrimas.Hoy no puedo salir a volar, la maraña que cubre mi techo está demasiado densa, dura, petrificada y para colmo; hoy estoy ciega, muda y sorda. Sólo logro tocar la pintura y deslizarla sin sentido y puede que por algún milagro logre crear un rayo de luz.

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“La tierra sobre el polvo”, así comienza el poema.

Se descuelga, camina lento, se mimetiza entre los brillos de la telaraña.
Claros y oscuros,... - Nada muere, sólo se renueva- me repetía, mientras intentaba enrollar mi cuerpo con la sabana de seda .- me quedaré en muerte viva-
La araña sigue, se desliza, observa con mil ojos, abarca todo hasta mis temblores apagados.
Vienticuatro minutos después, estoy a la espera y con los ojos abiertos. Se cruzan y se van tejiendo nuevas redes, silenciosos nudos.Olvidé cerrar la puerta, esta vez en tu cara. Dejé tirados mis pinceles en tu suelo, aunque tengo el consuelo de recordar mis dedos sobre tu lienzo... ¡Que tortuosa felicidad la de pintarte besos! La de engañar las horas , la de ponerse sombras en la cara y en el cuerpo...
Ya estás aquí, tus finas patas se posan en mi frente, ha dejado caer hilos sobre mi boca muda, sobre mis ojos ciegos, sobre mis oídos sordos...
Yazgo entre seda, entre mil enlaces y nudos...

Annabella Scio
ecoestadistica.com